Change

Los cambios post COVID19 que todos anhelamos

Llevamos ya, en el momento de escribir este post, más de un mes de confinamiento y es más que probable que nos quede todavía un mes más, como mínimo.

Además, no está claro como vamos a poder salir de esta situación, es decir, de que manera vamos a poder reanudar, todos, actividades que antes formaban parte de nuestro día a día: ir a trabajar- lo que implica en primer lugar y aunque parezca una obviedad, tener una actividad que realizar- coger el transporte público, movernos libremente por el espacio público, ir a un bar,  a un restaurante, cine, teatro, gimnasio o simplemente, a la peluquería. Y sobre todo, mantener encuentros con otras personas y poder besarlas o abrazarlas: no sabemos si y cuando podremos retomar el contacto físico que tan importante es para nosotros, los seres humanos, especialmente en las culturas mediterráneas.

Muchas de las personas con las que estoy hablando en las últimas semanas me dicen que están consiguiendo, igual que yo, navegar el confinamiento con conciencia y serenidad, disfrutando de la pausa forzada y del cambio de ritmo, no necesariamente bajada de ritmo para algunos, que se han producido.

Aunque eso no impida que experimentemos altibajos en el estado de ánimo y, en algunos momentos, emociones de miedo, de tristeza o incluso de rabia. Es normal, la experiencia cambia y hay mucha incertidumbre. A largo plazo, eso puede incluso generar tensión, ansiedad y estrés para algunas personas.

ChangeYo estoy conectando de forma muy intensa y frecuente con una sensación intensa de “no sé”, de no tener donde agarrarme, algo que podría darme mucho vértigo y hacerme perder el equilibrio si no tuviera la suerte de tener recursos para surfearla, gracias a la metodología y las pautas que me aportan la práctica de mindfulness y la meditación a la hora de relacionarme y darle sentido a la experiencia de cada momento. Porque no nos engañemos, no saber, sentir que no controlamos, que no podemos prever o planear genera mucho malestar a muchos…Aunque lo que ocurre esté siendo una oportunidad maravillosa de vivir el presente, simplemente.

En mi caso, no sé cuando volveré a facilitar formaciones y a tener ingresos, no sé cuando podré volver a abrazar a mis personas queridas, no sé si estaré sola el resto de mi vida, no sé que impacto va a tener esto en muchas personas menos privilegiadas que yo.

Para otras personas lo que surge a lo mejor en estos momentos es: no sé si voy a enfermar/morir, no sé si voy a seguir con mi pareja, no sé si o como sacaré adelante mi negocio,  no sé que puedo hacer para no tener que despedir a mis colaboradores, no sé porque hago lo que hago, no sé que futuro van a tener mis hijos, no sé si volveré a ver a mi padre/madre/amig@/colega viv@ o podré despedirme de el/ella.

En realidad, esta dimensión de no saber, que ahora aparece con mucha claridad, es inherente a la vida y está siempre presente, pero en nuestra, aparentemente, “controlada” vida cotidiana habitual, la que teníamos antes del coronavirus, quizás no nos resultara tan evidente y fuese más fácil no entrar en contacto con ella. Aunque pensábamos que todo estaba organizado y previsto, la vida es cambio constante y controlamos mucho menos de lo que pensamos o nos gustaría.

Creo que es importante recordar que la práctica de mindfulness y de la meditación, más allá de meras técnicas de reducción del estrés o de regulación emocional, son disciplinas de desarrollo de la conciencia que nos ayudan a darle sentido a la experiencia, a entender mejor quienes somos, como es el mundo y de que manera nos relacionamos con él. Gracias a ellas, puede surgir una comprensión de las causas profundas del sufrimiento, que es algo inseparable de la vida humana, y de como podemos liberarnos de él y crear mayor bienestar para nosotros mismos y para los demás. Nos sentamos a meditar para ver con más claridad, para entender, para tener sabiduría y poder actuar con el corazón, desde la serenidad y la compasión, en nuestra vida cotidiana. Y eso es especialmente útil en momentos de cambio tan radical como el actual.

Otra de las cosas que me están transmitiendo muchas de las personas con las que hablo es una mayor conexión con lo que realmente importa- la salud- las relaciones, los valores, la tranquilidad-, y un anhelo sincero de cambio. De cambio en los hábitos, en la manera de consumir y de relacionarnos, en la manera de tratar los recursos naturales o el medioambiente. En general, de cambio en la sociedad.

Tengo la impresión de que ese anhelo va asociado a confianza y esperanza en algunos momentos, especialmente cuando uno pone el foco en la generosidad, la solidaridad y el altruismo de muchos de los comportamientos que estamos viendo emerger, pero se tiñe de desesperanza, de miedo y de aprensión cuando surgen las dudas sobre que la posibilidad de que “el sistema” realmente cambie.

En las redes sociales en las últimas semanas ha circulado un esquema que plantea de forma resumida las diferentes opciones que tenemos sobre quien queremos ser y que queremos hacer durante esta crisis del Coronavirus. Nos invita a reflexionar si queremos estar en el miedo, en el aprendizaje, en el crecimiento o en la acción.

Aunque lo he recibido en varios formatos, os adjunto el formato que, según dicen, creó la doctora keniata Anne Mwangi y que incluye el ámbito de la acción, que en otros no figura, y que me parece fundamental.

Esquema Quién quiero ser

Ya mencioné en mi post anterior a Otto Scharmer, profesor del MIT y fundador del Presencing Institute.

Deseo volver a hacerlo en este también, recomendando a todas las personas comprometidas con la evolución de la conciencia, tanto a nivel personal como colectivo, la lectura de su artículo más reciente Awareness based collective Action, sobre el poder de la acción individual y colectiva consciente, que puede también leerse en español.

Eco NOT EgoEn su artículo, Scharmer sigue abordando como podemos evolucionar desde un funcionamiento o lógica EGO (egoísta, egocéntrica) a un modo ECO (ecológico, eco sistémico) gracias la conciencia, que es la base de la labor que desarrolla desde hace años.

Ese artículo me parece muy inspirador porque entre otras cosas, nos invita a que cada un@ podamos poner el foco en nosotr@s mismo@s, recordando que todos formamos parte del sistema, que estamos interconectados y que nuestros comportamientos y acciones cuentan y suman.

Para mi, esta está siendo la reflexión y el aprendizaje en estos momentos.

Mantenerme presente en el “no se”, aceptar “no hacer nada” cuando eso es lo mejor que puedo hacer o como mínimo, “hacer” de manera nueva o diferente, sin repetir patrones antiguos que ya no sirven.

Prestar atención y contemplar aquello que quiere surgir, desde el corazón.

Sostener el miedo y la reacciones que aparecen desde el sistema de emergencia, cuando el mecanismo de supervivencia me impulsa a centrarme en el “yo, mi, mío”, a huir o luchar para poder elegir, de nuevo, mantenerme presente.

Dándome un espacio para poder conectar con la confianza, con la calma, con la serenidad, con la bondad y con el deseo profundo de poder contribuir a que las cosas sean mejores, para todos, es decir para mi también.

Por eso, voy a seguir proponiendo espacios de meditación gratuitos regulares, cada día de lunes a viernes a las 10h a través de Instagram y los jueves a las 19h a través de Zoom.

Pero quiero también ofrecer espacios de aprendizaje y de conexión que permitan un trabajo en grupo más sistemático y profundo de la práctica de mindfulness y de la amabilidad y la compasión.

Espacios cuyo formato propicie la creación de una comunidad en la que poder compartir lo que vaya emergiendo en los próximos meses y afrontarlo juntos.

Por eso, voy también a proponer dos tipos de formaciones, con el formato ya habitual de 8 sesiones, presenciales pero esta vez online, vía Zoom, que empezarán en Mayo.

Confío que cada uno de nosotros podamos, como decía Gandhi, ser el cambio que deseamos ver en el mundo.

4 Comments
  • Antoni Carné
    Posted at 08:51h, 22 abril Responder

    Muy buen e inspirador artículo, Sylvia… La práctica del ‘no sé’ creo -y siento- que es una práctica especialmente relevante en estos momentos… Gracias y un abrazo!

  • Eli Barrera
    Posted at 10:22h, 22 abril Responder

    Gracias por el artículo, muy bueno. ¿podemos encontrar el esquema es español? Gracia!

    • Sylvia
      Posted at 09:28h, 24 abril Responder

      Lo siento, no tengo la versión española, por eso puse esta.

  • Olga Dedeu
    Posted at 10:37h, 22 abril Responder

    Gracias Sylvia por este gran artículo, Como siempre describes a la perfección sentimientos y experiencias personales y colectivas en las que me siento totalmente identificada y reflejada. Espero que el COVID 19 nos traiga grandes cambios con corazón.

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