28 Ago Cultivar la resiliencia

En estos momentos, cualquier otro año todos estaríamos re-incorporándonos a nuestra actividad habitual, fuese esta la que fuese: trabajos, estudios, cuidado de la familia o quizás, voluntariado social.

Pero este año va a ser diferente. El regreso del verano no va a ser el habitual: muchas personas no sabemos muy bien como va a ser nuestra actividad… o nuestra vida. Seguimos surfeando la incertidumbre y el cambio constante…

Da vértigo, pero también supone una gran oportunidad y tendremos que ser creativos y flexibles para aprovecharla.

Me gustó mucho una frase que leí recientemente del filósofo bilbaíno, Daniel Innerarity, de su último libro Pandemocracia (Galaxia Gutemberg).

En él aborda los errores cognitivos cometidos en esta crisis sanitaria y socio-económica en la que estamos inmersos, así como las deficiencias estructurales del sistema que se están revelando de forma evidente y muy dolorosa: “Esta crisis no es el fin del mundo pero si el fin de un mundo con certezas en el que nos sentíamos invulnerables y auto-suficientes”.

Y en otra entrevista Innerarity declaraba: “Gracias a la vulnerabilidad comprendemos que si queremos salir de la crisis sanitaria la responsabilidad de nuestro comportamiento es fundamental. Esta vez no solo cuenta la acción de los Estados.”

Precisamente por eso, creo que en los próximos meses va a ser clave lo que cada uno hagamos, tanto para cuidarnos como para contribuir a que los demás estén bien.

Mantener los vínculos, a pesar de las distancias físicas que son necesarias, y crearnos redes de apoyo y de sostén que nos ayuden a afrontar los cambios que se avecinan con resiliencia es algo sencillo y que sin embargo puede tener mucho impacto en nuestro bienestar, ya que eso favorecerá experiencias de pertenencia, de calma y de seguridad.

La resiliencia, que es la capacidad de responder de manera flexible y adaptativa a las adversidades y al sufrimiento, puede, afortunadamente, entrenarse y desarrollarse. La práctica de mindfulness y el cultivo de la compasión, tal y como evidencian estudios científicos recientes, es una buena forma de hacerlo. Todos podemos ser más resilientes si nos lo proponemos deliberadamente.

Formar parte de un grupo con el que poder mantener una conexión social regular, meditar en comunidad y explorar -y eventualmente, compartir- la experiencia personal de forma auténtica y profunda tiene mucho valor en los momentos difíciles, según mi experiencia.

Encontrarás las propuestas de actividades vivenciales y grupos con Zoom que propondré este otoño, tanto de iniciación a Mindfulness (Programa MBSR) como de profundización (programa MBCL de cultivo de la compasión y grupos de meditación) así como algunos retiros presenciales.

Pon el foco en tu salud y bienestar este otoño practicando en grupo la meditación Mindfulness, con amabilidad. ¡Cuida tu cuerpo, mente y corazón! Nadie puede hacerlo por ti.

Con cariño,
Sylvia