querer es poder

Querer es poder

querer es poderEl valor de la intención

Iniciamos este nuevo año 2022 con muchas de las incertidumbres que han estado presentes en nuestra vida cotidiana desde que se inició la pandemia del COVID.
Seguimos con restricciones, tenemos que llevar mascarilla por la calle, muchas personas están retomando el teletrabajo y con él, la interacción constante a través de las- a menudo, ahora ya- aburridas y aborrecidas pantallas.

Sin embargo, aunque podríamos pensar que todo sigue igual o que las cosas se repiten, no es cierto.
Este es un nuevo momento y todo es diferente. Tenemos vacunas, los expertos dicen que estamos acercándonos al momento en el que el virus se vuelva endémico, hemos aprendido de todo lo que ha ocurrido y aunque haya mucho cansancio acumulado, tenemos la posibilidad- y la capacidad- de aceptar lo que hay, de poner el foco en lo que es importante y de actuar con sabiduría, con amabilidad y compasión, hacia nosotr@s mism@s y hacia los demás.

Este es un momento en el que tradicionalmente las personas tomamos nuevos propósitos, tras haber realizado un balance del año anterior.
En la comida familiar del día de Navidad, mi sobrina de 19 años me preguntó, muy seria, cual era mi propósito para el nuevo año, como inicio de la conversación en nuestro lado de la mesa.

Explicitar nuestros propósitos, incluso escribirlos, como una manera de sacarlos fuera de un ámbito interno y puramente mental, tiene mucho valor.
Hacer eso nos permite establecer una intención clara y la intención es algo esencial para poder desarrollar cualidades o hábitos deseados, que nos permitan florecer.
Hábitos como, por ejemplo: cuidarse, obtener o mantener una buena forma física, comer de manera más saludable (propósitos, todos ellos, muy extendidos tras los excesos de final de año 🙂 ), tener más calma, ser más generosos, mejorar las relaciones con otras personas o dedicar menos tiempo a redes sociales o contenidos digitales.

La intención es la determinación de la voluntad orientada a un fin, a una meta consciente.

La intención es clave para establecerse en la práctica de mindfulness o reconectar con ella.

Como dice Jon Kabat Zinn, creador del programa MBSR:
“Tus intenciones preparan el escenario para lo que es posible. Te recuerdan de vez en cuando por qué estás practicando. Yo solía ​​pensar que la meditación era tan poderosa … que,  con simplemente practicarla, experimentaría crecimiento y cambio… Pero el tiempo me ha demostrado que es necesario algún tipo de visión personal”.

Mindfulness nos invita a prestar atención de manera deliberada a lo que ocurre, momento a momento, aceptando lo que surge y respondiendo a ello de manera positiva. Por ello, favorece el que la intención se asocie a una actitud de apertura y desapego de los resultados y que pueda haber disfrute del proceso y no solo foco en los objetivos o resultados deseados.

En mi experiencia, Mindfulness nos ayuda, de manera transversal, a identificar y a poner foco en las intenciones y prioridades que vamos definiendo a medida que avanzamos en nuestro camino vital y sobre todo, a encontrar maneras creativas de materializarlas.

De ahí que explicitar nuestra intención e incluso compartirla con otras personas sea algo que solemos hacer al iniciar una formación de mindfulness o un retiro de meditación.

¿Cuál es tu intención para este año 2022?
¿Cómo deseas vivir tu vida en los próximos meses, ocurra lo que ocurra?

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