19 Abr Mindfulness y salud mental

Cuidarse conscientemente.

La semana pasada el periódico La Vanguardia publicó un artículo a doble página sobre la salud mental en España en el que destacaba que, según un estudio reciente del Ministerio de Salud, la prescripción y venta de psicofármacos (ansiolíticos y antidepresivos), que ya llevaba años creciendo-ha aumentado un 27% desde 2010-, se ha disparado desde el inicio de la pandemia.

Pero el problema no es solo que el consumo aumente de manera importante, sino que somos el país con mayor consumo.

Según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU que analiza datos de 90 países, por segundo año consecutivo, España es el país del mundo con mayor consumo de benzodiacepinas, substancias incluidas dentro de ansiolíticos tales como alprazolam, diazepam o lorazepam.
La novedad es que, si en el pasado las mujeres de mediana edad eran el colectivo que más psicofármacos consumía, ahora cada vez hay más jóvenes.
Mas preocupante todavía, el consumo de psicofármacos se habría convertido en el principal problema de adicciones que hay actualmente en España.

Está claro que vivimos tiempos complicados, con mucha incertidumbre e inestabilidad económica. Sin embargo, esto no es ocurre solo aquí y como no hay razón para pensar que en España la tasa de trastornos mentales sea mayor que en otros países, quizás es que en nuestro país se tiende a medicar más.

Según los expertos, una de las explicaciones para ello es que la sanidad pública española tiene una menor proporción de profesionales de salud mental-psicólogos y psiquiatras- que la de otros países y que los médicos de atención primaria se ven empujados a recetar más, como única manera de contener la ansiedad o la depresión de las personas que llegan a las consultas.

Pero otros expertos señalan que esta situación podría también estar relacionada con la falta de habilidades y recursos para gestionar las emociones difíciles que se observa en la población española.

La capacidad de poder regular de manera adecuada emociones como el miedo, la rabia o la tristeza, emociones que todos hemos experimentado de manera intensa en estos dos últimos años, es esencial para que una persona pueda surfear las diferentes situaciones que la vida le plantea, manteniendo el equilibrio, o como mínimo, pudiendo recuperarlo con rapidez y saliendo fortalecida de las dificultades y momentos de adversidad.

Eso es lo que se denomina resiliencia. Y que es justamente lo contrario del estrés, que es lo que experimentamos cuando nos vemos desbordados por lo que ocurre y sentimos que no tenemos suficientes recursos para hacerle frente.

La buena noticia es que podemos aprender a regular las emociones y podemos tener un papel activo en promover nuestra salud, tanto física como mental, para poder mantenernos a flote.

La práctica de Mindfulness, a través del programa Mindfulness Based Stress Reduction (MBSR,) tiene un desarrollo considerable en investigación y ha acumulado evidencias experimentales (Khoury et al., 2013) en el tratamiento del estrés, la ansiedad y la depresión. Propone pautas sencillas para, en tan solo 8 semanas, conectar con uno mismo de manera íntima, identificar mejor las necesidades y establecer nuevas formas de relación con los estados mentales aflictivos y los procesos internos que son fuente de malestar.

Sin embargo, muchas personas que realizan este programa de iniciación a Mindfulness, y experimentan sus efectos benéficos, se dan cuenta de que, con el paso del tiempo, les resulta difícil mantener la práctica viva en solitario, especialmente cuando experimentan dificultades.

Por eso, realizar un retiro de práctica intensiva o un programa de profundización en Mindfulness como MBCL- Vida compasiva basada en Mindfulness, centrado en desarrollar la capacidad de manejar con amabilidad y compasión el dolor y el sufrimiento, tanto el propio como el de los demás, puede ser una muy buena opción ya que permite retomar la práctica de manera guiada y con el apoyo de un grupo, algo que favorece tanto el aprendizaje individual como el colectivo.

Los cursos de primavera empiezan la semana que viene.
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