Mover el cuerpo

La forma más rápida de aquietar la mente es mover el cuerpo

Mover el cuerpoEsta frase quizás te resuene como me ha resonado a mi en estos últimos 5 años. O no…
Es de Gabrielle Roth, una bailarina y música americana, que desarrolló a finales de los años 70 los 5Ritmos, una aproximación pautada al movimiento que, esencialmente, es una práctica meditativa en movimiento.

En cuanto me inicié a nivel personal en esta disciplina, después de años de practicar la meditación sedente, en quietud y silencio, experimenté cuan valioso y complementario podía ser el mapa de exploración que proponen los 5Ritmos en el proceso de cultivar mindfulness de manera formal, con la intención de encarnar una presencia consciente, momento a momento, en la vida cotidiana.
Los 5 Ritmos, como el yoga u otras prácticas de movimiento como, por ejemplo, el Chi Kung o el Tai Chi, están orientados a enraizar la conciencia en el cuerpo, uniendo la mente y el cuerpo.
La diferencia es que lo hacen a desde la expresión corporal personal de cada meditador, con una secuencia de música través de la danza.

Desde que empecé en 2018 a proponer retiros de fin de semana de Embodyment, en colaboración con Irene Hernández, una instructora acreditada y con amplia experiencia, con la motivación de difundir los 5Ritmos a mi comunidad de meditadores de mindfulness- han sido 5 retiros en total a fecha de hoy, un ciclo completo- la experiencia ha sido maravillosa aunque también he podido darme cuenta de que han surgido algunas barreras o reticencias respecto a este tipo de práctica, incluso en meditadores con larga experiencia.

Una razón para ello puede ser que, al no haber pautas precisas ni guías concretas más allá de las indicaciones básicas que se dan para cada tipo de ritmo, es una práctica que deja mucho espacio de libertad en la indagación, algo que a veces puede suponer un cierto reto o incluso, dar vértigo. Y lo digo por experiencia personal.
Pero eso solo se experimenta una vez se ha asistido…

Hay otra cosa, que varias personas cercanas han compartido con mucha honestidad: la idea de bailar da un cierto palo (yo no se bailar es una primera respuesta frecuente) y suscita, incluso, vergüenza o cierta aversión a hacer el ridículo 🙂

La noción de “bailar bien” (vs “bailar mal”), en mi opinión, es uno de los vestigios que quedan en algunos de nosotros de la época adolescente, así como una expresión de la voz de ese crítico interno que nos exige hacer las cosas de una manera determinada- la correcta, “bien” o incluso, “perfecta”- en vez de hacerlas simplemente desde la apertura y la exploración del momento y, desde luego, desde el disfrute y la diversión, como hacen los niños pequeños.
La verdad es que cada vez que una persona de mi comunidad de práctica ha aceptado salir de su zona de confort y se ha animado a experimentar esta propuesta de meditación en movimiento, le ha encantado, lo ha pasado genial y, además, ha tenido muchos insights.

La metodología de los 5Ritmos propone que cada persona pueda desarrollar su danza personal, en comunidad. Es una práctica intensa pero muy lúdica y que nos hace conectar con algo que la humanidad ha practicado tanto de manera individual como en grupo desde hace siglos. Bailar es algo que la mayoría de los niños hacen de manera espontánea en cuanto oyen música. ¿Cuándo dejamos de hacerlo?

A mi personalmente, me resulta más inspiradora la metáfora de la danza como manera de vivir la vida, más que la de la guerra o lucha o combate, una imagen a la que de facto nos vinculamos a menudo… con todo lo que eso implica a nivel físico a nivel de tensión, rigidez y dolor.

Como decía Martha Graham, otra bailarina famosa:

«Hay una vitalidad, una fuerza de la vida, una energía, una aceleración que se traduce a través de ti en acción, y porque sólo hay un tu en todo el tiempo, esta expresión es única. Y si tu la bloqueas, no existirá a través de ningún otro medio y se perderá. El mundo no lo tendrá. No es tu responsabilidad determinar cuan buena es ni cuan valiosa ni cómo se compara con otras expresiones. Tu responsabilidad es mantenerla tuya claramente y directamente, mantener el canal abierto. Ni siquiera tienes que creer en ti mismo o en tu trabajo. Tienes que mantenerte abierto y consciente de los impulsos que te motivan. Mantener el canal abierto. … Ningún artista está satisfecho, no hay ninguna satisfacción en momento alguno. Sólo hay una insatisfacción divina extraña, un malestar bendito que nos mantiene marchando y nos hace más vivos que los otros «

Si meditas y te gusta bailar, anímate a experimentar tu energía en el próximo retiro que proponemos el 25 y 26 de febrero con el tema de “Habitar el cuerpo con mindfulness”.

Si no te gusta bailar y la idea de meditar en movimiento te incomoda, puedes considerar la posibilidad de explorar dicha incomodidad, con mindfulness en el entorno seguro y amoroso de este retiro de meditación en movimiento o simplemente, por ahora al menos :), optar por seguir practicando de manera intensiva la meditación sedente en uno de los dos retiros de mindfulness y compasión de 4 o 5 días que hemos previsto este verano, a finales de agosto.

No Comments

Post A Comment