Mindfulness y el valor de abrirse al dolor

Mindfulness y el valor de abrirse al dolor

Mindfulness y el valor de abrirse al dolorEste es el tema de exploración y contemplación que he propuesto este invierno en el grupo de meditación para practicantes avanzados que facilito de manera quincenal. Un tema fundamental.
En los textos y enseñanzas budistas está muy presente la palabra dukkha, un término en pali que resulta difícil de traducir de manera precisa en las lenguas occidentales. A veces se recurre a conceptos como: descontento, insatisfacción, sufrimiento, incomodidad, dolor, intranquilidad, malestar, pesar, frustración, irritación, desasosiego, presión, tensión o incluso, angustia existencial.

No cabe duda que dukkha, en cualquiera de las acepciones anteriormente mencionadas y con mayor o menor intensidad, está presente en la vida cotidiana de todas las personas.
Las enfermedades físicas o mentales o, simplemente, dolores físicos o los achaques asociados a envejecer, los cambios e incertidumbres respecto a la situación profesional- o la ausencia de ella- que generan preocupación e incluso miedo, las emociones aflictivas (tristeza, rabia o miedo también) que surgen en las relaciones interpersonales, el sentimiento de soledad y de aislamiento, cada vez más prevalente en nuestra sociedad actual, y en general, todas las pérdidas que experimentamos, sean de seres queridos o de cosas más materiales, son algunas de las manifestaciones de dukkha en la experiencia humana. Son inevitables, así es la vida.

Lo realmente interesante, es como nos relacionamos con esas experiencias de dukkha y cómo podemos manejarlas de la mejor manera posible.

Hay un antiguo proverbio tibetano, que popularizó el escritor japonés Haruki Murakami, que dice: “el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional”.
¿Qué diferencia hay entre dolor y sufrimiento?
Un ejemplo podría ser: imagina que tienes un dolor muy intenso- de cabeza, de piernas, de espalda- que afecta tu funcionamiento cotidiano y dificulta incluso que puedas concentrarte en otras cosas.
La reacción automática, habitual en esos casos, es desear con todas nuestras fuerzas que ese dolor desaparezca. Tomamos medicamentos para paliar o eliminar el dolor, pero no siempre funcionan… Consciente o inconscientemente, la mayoría de las personas “luchamos” contra el dolor, generando tensión en el cuerpo, algo que acaba aumentando la sensación general de malestar físico e incluso, probablemente, la propia sensación de dolor.
Además, es muy posible que ese dolor no solo te haga sentir mal a nivel físico, sino que acabe provocando también un estado emocional desagradable, de desasosiego, de enfado o mal humor, y que ocupe tu mente constantemente con innumerables pensamientos negativos.
Progresivamente, ese dolor se convierte en un sufrimiento intenso que inunda toda la experiencia vital e imposibilita que otros aspectos más positivos puedan ser apreciados y disfrutados.

El sufrimiento es el resultado combinado del dolor y de la resistencia o lucha que desplegamos ante él para que desaparezca o para no sentirlo. Pero en realidad, aunque pueda parecer contra intuitivo, la única manera de salir de las experiencias de dolor es atravesándolas, aceptar experimentarlas. Como dice otro proverbio popular, “aquello que resistes, persiste”.

La práctica de mindfulness consiste en observar lo que ocurre, la experiencia interna o externa, con una atención consciente, con interés y aceptación, dándonos cuenta de que hay un cambio constante de todos los fenómenos. Mindfulness nos invita a observar y a acoger todo aquello que se presente, sea lo que sea, sea como sea, sin deseo ni aversión. Y eso, como hemos visto antes, no resulta tan fácil cuando lo que se presenta es incómodo o doloroso… Por eso requiere un entrenamiento.
Pero cuando lo conseguimos y abrazamos las experiencias de dolor, abriéndonos a él, lo que ocurre es que la experiencia de sufrimiento se disuelve y el dolor se hace más manejable, pudiendo incluso transformarse y desaparecer.

A menudo las personas que se inician en la práctica de mindfulness comentan que les resulta muy difícil.
Como decía un maestro de meditación, en un retiro que realicé hace años: “Si vivir con mindfulness te parece difícil, prueba a vivir sin ello a ver como te va”.

No te pierdas nuestras propuestas para esta primavera como el programa MBCL online o el Taller de introducción al Mindfulness. También te pueden interesa nuestros retiros para este verano.

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