16 Ene Practicar Mindfulness con Corazón
El año 2024 empezó con un regalo para mi.
El 4 de enero La Vanguardia digital publicó una entrevista mía sobre mindfulness y compasión, con motivo de la publicación reciente del libro “Mindfulness con Corazón- una guía práctica para cultivar una vida compasiva basada en la atención plena” (Ed. Koan), del que soy co-autora junto con Erik van den Brink y Frits Koster, creadores del protocolo MBCL– Vida compasiva basada en mindfulness.
Te dejo el enlace con la entrevista por si no tuviste ocasión de leerla en su momento.
A raíz de esa entrevista, que aparentemente ha tenido bastante difusión, he recibido muchos correos de personas interesándose por la práctica de mindfulness y por como la compasión puede ayudarnos a relacionarnos mejor con las dificultades que, sin excepción, todos experimentamos en la vida.
Es evidente que la lectura de un libro o asistir a una charla puede resultar interesante e inspirador y puede ser un primer paso para empezar a familiarizarnos con un tema.
Sin embargo, hay que saber que para que la practica mindfulness con amabilidad y compasión tenga impacto en nuestra vida y favorezca el que podamos observar cambios en la mente, en el cuerpo y en el comportamiento, tiene que entrenarse, tanto de manera formal como informal para integrarse y promover realmente una manera de ser y estar presentes en la vida que sea diferente: más consciente, más abierta, con menos juicios y más aceptación de lo que hay, que es el primer paso para eventualmente poder introducir cambios deseados.
Al iniciar un nuevo año, muchas personas conectamos con deseos o intenciones de cambio: cuidarnos más-hacer más ejercicio físico, comer más sano, beber menos alcohol, dormir más-, dedicar más tiempo a cosas importantes- la familia, una actividad que nos gusta-, cambiar de trabajo o como mínimo, el ritmo del trabajo, etc.
Sea cual sea la intención, suele estar relacionada con el anhelo general de encontrarnos mejor, de tener más bienestar, más felicidad.
Para poder iniciar ese camino de transformación tendremos que empezar a hacer cosas diferentes a las que hacíamos y perseverar en ellas.
De ahí la importancia de ENTRENAR, de establecernos en nuevas rutinas de una manera sistemática.
Este es un buen momento para plantearnos preguntas como:
- ¿Qué estoy haciendo con mi vida?
- ¿Cuales han sido mis prioridades hasta ahora?
- ¿Qué es lo importante ahora?
- O, si como yo, este año vas a cumplir 60 o más años :), qué quiero o puedo hacer con el tiempo que me queda por vivir?
A lo mejor piensas que nada necesita ser mejorado en tu vida ni en el mundo que te rodea.
Pero si no es el caso, si sientes que hay cambios deseables y piensas que el cambio es posible, te animo a que consideres iniciarte, retomar el contacto y/o seguir profundizando en mindfulness.
Los programas de mindfulness de 8 semanas, tanto de iniciación a través del curso MBSR (Mindfulness based stress Reduction) como de profundización o continuidad con el curso MBCL (Mindfulness based Compassionate Living) proponen un acompañamiento en grupo para poder explorarse de manera profunda y entrenar opciones nuevas.
Los cambios son ya suficientemente difíciles como para hacerlos solos.
Como dice un proverbio africano:
Si quieres ir rápido, camina solo.
Pero si quieres llegar lejos, camina con otros.
Aprovecho para recordar los próximos programas de Introducción al Mindfulness (con su taller), así como de Profundización de Mindfulness y Compasión MBCL (también online).
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